Las bicicletas han sido parte de la vida de Hervé desde que aprendió a andar. En la década de 1980, se recorrió todos los senderos como pionero de BMXing, luego pasó a las montañas, mejorando sus conocimientos y descubriendo nuevos territorios, además de bicicletas y tecnología, desde las primeras MTB rígidas, a las hardtail y luego a la suspensión completa, compitiendo tanto en descenso como en XC.
Montar en bici fluye por su sangre, es parte de su ADN. Así que era inevitable que su hijo, Gael, siguiera los pasos de su padre. Especialmente cuando los dos viven en los Alpes.
Hervé enseñó todo lo que sabía a Gael, todo su conocimiento y experiencia casi mediante ósmosis a medida que crecía su hijo. Pacientemente, ayudó a Gael a aprender a mantener el equilibrio, retiró con miedo los ruedines y animó a su hijo cuando se alejó sobre las dos ruedas por primera vez.