A primera vista, las cadenas parecen increíblemente sencillas. Esto es cierto en cuanto a su función, pero su diseño es más sofisticado de lo que parece. Las cadenas están formadas por un patrón repetido de eslabones conectados, cada uno de los cuales está compuesto de cuatro piezas individuales. Estas piezas, es decir, las dos placas laterales, un pasador y un rodillo, suelen ser de acero, y trabajan al unísono para transferir la potencia y moverse a través de las marchas con la ayuda del cambio. Dado que las piezas individuales de la cadena se mueven constantemente unas contra otras, es necesario limpiarlas y lubricarlas para reducir la fricción y que funcionen con mayor eficacia.