Lo siguiente: la transmisión. Personalmente soy un gran fan del 1x. Principalmente porque te permite pensar en una cosa menos cuando montas en bicicleta. Si vives en una zona montañosa o si tienes la intención de hacer viajes en bicicleta con tu bici, te recomiendo que utilices un plato doble. Con un plato pequeño de 31D y un piñón grande de 36D, deberías poder superar incluso las subidas más exigentes.
Luego está la cuestión del cambio mecánico o electrónico. Yo vengo del cicloturismo, así que tardé un tiempo en pasarme al Di2 porque insistía en poner la fiabilidad y la posibilidad de reparación por encima de todo.
Al principio, utilicé el Di2 para competir y practicar cicloturismo cerca de casa, y enseguida me encantó lo suave y preciso que era. Al ganar confianza, la utilicé en viajes más largos, hasta que finalmente decidí recorrer zonas remotas del sudeste asiático. Durante casi dos años, su rendimiento ha sido totalmente constante a pesar del maltrato al que lo he sometido.
Creo que decidirse por el cambio mecánico o el electrónico es una elección personal. Mi opinión: No hay uno que sea más fiable que el otro. Ambos son adecuados para salidas de un día, carreras o viajes en bicicleta.
Los manillares con abertura son otra anomalía en las bicicletas de gravel: las caídas son más anchas que las manetas. Y estas caídas también suelen ser menos profundas que en los manillares de las bicicletas de carretera. Gracias a su mayor anchura, los manillares con abertura ofrecen un mayor control. Las leyes de la física son tales que cuanto más lejos estén tus manos de la potencia, más precisa será tu dirección. Pero también creo que los manillares específicos para gravel ofrecen más comodidad.